Friday, September 28, 2007

Tiempos (ejercicio)

Valentino se levantó muy temprano, no era de su costumbre hacerlo, pero ese día su despertador sonó extrañamente muy de mañana. Sale de su pequeño cuarto y se dirige a la cocina para prepararse un desayuno muy rápido, ya que no sabe mucho cocinar y prefiere los enlatados o la comida rápida de hacer; unos huevos con café fueron la elección de aquella mañana. Sentado en su sala-comedor, contemplando la mañana a través de la ventana, rodeado de fotos y de pintura; Valentino Moriero comienza a imaginarse su día, este no es común a los demás ya que no tiene que ir a la universidad como siempre lo hace en los días de semana; este Domingo debe ser distinto a todos por el simple hecho de haberse levantado temprano, sabiendo que este día siempre lo utiliza para descansar y salir por la tarde a dar un breve paseo por sus alrededores en busca de alguna foto valiosa.

Ejercicio
Presente
Valentino se levanta temprano, no es su costumbre, pero su despertador suena extrañamente. Sale de su pequeño cuarto y se dirige a la cocina; prepara su desayuno rápidamente porque no es de su gusto cocinar, unos huevos con café son su elección para este día. Se sienta en su sala-comedor contemplando la mañana a través de su ventana, rodeado de fotos y de pinturas; comienza a imaginarse su día, debe ser distinto a los demás, no tiene que ir a la universidad como le toca entre semana. Este día tiene que ser distinto a todos porque Valentino se levanta temprano como nunca lo hace; este es su día de descanso y lo utiliza para dar un paseo a sus alrededores y encontrar una foto valiosa.

Pasado
Valentino se levantó temprano, nunca lo hacía, pero ese día su despertador sonó extrañamente muy de mañana. Salió de su pequeño cuarto y entró a su cocina, preparó su desayuno muy rápido, porque nunca le ha gustado cocinar; unos huevos con café fue la elección de aquella mañana. Se sentó en su sala-comedor contemplando la mañana a través de su ventana, estaba rodeado de fotos y de pinturas; comenzó a imaginarse su día, no iba a ser igual a los demás, porque no tenía que ir a la universidad. Ese día debió de ser distinto a todos porque Valentino porque se había levantado temprano, sabiendo que los domingos eran para descansar y salir por la tarde a dar un breve paseo a sus alrededores en busca de una foto valiosa.

Friday, September 14, 2007

Flash descriptivo de Valentino

codebase="http://fpdownload.macromedia.com/pub/shockwave/cabs/flash/swflash.cab#version=5,0,0,0"
width="100%" height="100%">

pluginspage="http://www.macromedia.com/go/getflashplayer"
width="ancho_movie" height="alto_movie">

Thursday, September 13, 2007

HISTORIA

Valentino se levantó muy temprano, no era de su costumbre hacerlo, pero ese día su despertador sonó extrañamente muy de mañana. Sale de su pequeño cuarto y se dirige a la cocina para prepararse un desayuno muy rápido, ya que no sabe mucho cocinar y prefiere los enlatados o la comida rápida de hacer; unos huevos con café fueron la elección de aquella mañana. Sentado en su sala-comedor, contemplando la mañana a través de la ventana, rodeado de fotos y de pintura; Valentino Moriero comienza a imaginarse su día, este no es común a los demás ya que no tiene que ir a la universidad como siempre lo hace en los días de semana; este Domingo debe ser distinto a todos por el simple hecho de haberse levantado temprano, sabiendo que este día siempre lo utiliza para descansar y salir por la tarde a dar un breve paseo por sus alrededores en busca de alguna foto valiosa.

Mientras se viste observa que su gabardina no está en el perchero, sale de su cuarto para buscarla, pero no la encuentra, se le ha perdido. Termina de colocarse su ropa, agarra su cámara, la binaca y observa que tampoco tiene rollos; enfurecido sale de su casa directo a la tienda ubicada a tres cuadras de su casa. Llega a la tienda y pide dos rollos, para seguir la furia de Valentino, en la tienda no hay rollos, lo que significa que tendrá que ir hasta el súper mercado que sí está mucho más lejos. Caminando a un paso rápido se dirige hacía el súper mercado, como de costumbre, Valentino comienza a mirar hacía todas partes para ver si identifica a alguien que ya haya fotografiado, pasando por el parque enfrente de su casa decide bajar el ritmo de su caminar para observar con mayor detenimiento a las personas. Avanza con cautela mirando con detenimiento y tratando de identificar a alguien; repentinamente una niña le agarra la mano con firmeza y logra detenerlo. Valentino asustado voltea su cara y observa a la niña, reflejaba tristeza y angustia; la niña le dice: “Señor, me regala una moneda por favor”. Valentino queda perplejo al ver la cara de la niña, ella ya había sido vista en repetidas ocasiones por él, trata de recordar algo de ella cuando la niña vuelve y le habla: “Señor, porqué me mira así... regáleme una moneda”. Saliendo de su memoria, Valentino le responde: “Tu eres la famosa Tita... ¿no?”

Aquí inicia el diálogo que esta escrito más abajo (Valentino – Tita)

Valentino sigue su camino hacía el súper mercado pensando en su gabardina, lo más probable es que la haya dejado donde su padre el Sábado cuando fue a almorzar. Pero aparte de su gabardina, Tita le retumba en lo más profundo de su cabeza; esa niña era una señal de que el domingo no iba a ser tan simple como lo era siempre. Entra al súper mercado y compra los dos rollos. Camina y camina sin afán, Tita le ha quitado el estrés por recuperar su gabardina, le parece increíble que una niña de la calle le llame tanto la atención; en medio de su confusión cree que las fotos que Tita le pidió son la razón por la cual no la ha dejado de pensar desde que la vio en el parque. Él, muy adentro presiente que esa niña era un motivo para que aquel domingo fuera distinto; piensa tanto en la niña que decide buscarla después de visitar a su padre.
Llega al edificio donde vive su padre; él sabe que si toca la puerta hay probabilidades que su padre no abra la puerta, porque todos los domingos Pedro se ubica al frente de su televisor para ver todos los partidos de fútbol que más pueda. Pedro no tiene la mejor relación con Valentino debido a la debilidad que ha demostrado hacía el sexo opuesto, lo que su Pedro no sabe es que Valentino es bisexual, y que así como los hombres, las mujeres también le encantan. Toca la puerta y abre su papá con cara de mal genio, Valentino no se molesta por la cara y pasa a buscar su gabardina. No encuentra nada y se pone furioso; le pregunta a su padre si la ha visto, pero no recibe respuesta alguna, Pedro no despega los ojos del televisor. Después de tanto buscar en cada cuarto, su padre le dice que está en su cuarto junto con la ropa de él; con rabia pero sin poderle decir nada, Valentino encuentra su gabardina y se despide de Pedro, otra vez no recibe respuesta; azota la puerta al cerrarla y baja las escaleras con ira. Sabe que debe calmarse porque necesita ir a buscar a Tita, porque el domingo no era como cualquiera.

En medio del trayecto desde la casa de su padre hasta el parque Valentino logra tomar algunas fotos a personas muy simpáticas. Un lustrador de zapatos que se encontraba en una esquina fue el personaje que más le llamó la atención, en cada foto posaba como si fuera un estudio fotográfico, y le pidió a Valentino que cuando las revelara le regalara una de esas tantas que le tomó; compartieron un pequeño diálogo pero no pudo seguir hablando porque tenía que ir en busca de Tita. Otra de las fotos que tomó fue al edifico donde vive su padre, y se preguntaba porque hacía eso, pero las respuestas no existían, eran fotos que no tenía.

Llega al parque en busca de Tita, sabe que no es fácil encontrarla porque nunca de queda quieta y además por su pequeñez. Lo más seguro es que Valentino dure horas buscándola y que no la encuentre; Tita es una niña muy buscada por los gamines y mendigos de todo el barrio; su muñeca – que carga con ahínco – es el medio con el cual esta niña se alimenta y paga su hospedaje en cualquier aparta-hotel cercano. La muñeca es el resguardo de un sinnúmero de sustancias alucinógenas; con pepas, marihuana, cocaína, y otros productos está rellena la muñeca que su mamá hace mucho tiempo le regalo para que guardara lo mismo que hoy en día vende. Valentino busca en los lugares más “feos” del parque, se mete en medio de los mendigos, pero ni siquiera así logra encontrar a Tita. Pasan las horas y no hay señales de ella, Valentino se desespera pero sabe que no puede preguntar por ella; solo sus clientes lo hacen, y él no es uno de ellos.

El domingo iba tal y como él se lo esperaba, lleno de sorpresas y sucesos extraños. Le da vueltas al parque tratando de hallar a la niña, pero su tiempo está perdido, cada segundo que pasa es un grado más de desespero para él. Tita no aparecerá si está haciendo sus negocios, cuando los clientes aparecen, las ventas se realizan cerca del parque, más no ahí; el parque es el lugar para encontrarla pero no para negociar. Valentino cree saber donde se hacen los negocios, pero por nada del mundo iría a buscar peligro solo por encontrar a Tita. Pasan las horas y no hay señales de ella, Valentino decide ir a su casa y sentarse en la ventana mientras se toma un café; así podría esperarla sin tanto desespero.
Se quita su gabardina y la cuelga en el perchero, los rollos y la binaca los coloca en su nochero y la cámara la deja encima. Se dirige a la cocina para hacer café y tranquilizarse un poco; no puede creer aún que esa niña lo este desesperando tanto, no hay un motivo que él recuerde como para que este así en ese estado de intranquilidad. Se sienta en frente de su ventana y comienza a tomarse su café, observa muchas personas, pero Tita no se ve; trata de calmarse y sigue tomándose el café. Pasan las horas y no hay rastro alguno de ella, Valentino empieza a imaginarse cosas sobre lo que le podría estar pasando; cree que está haciendo un negocio grande y por eso está ocupada, cree que se fue a vender a otro parque, cree que se fue a descansar a su aparta-hotel; cree muchas cosas, pero desgraciadamente Tita no piensa en Valentino, él sería una persona más que conoció en el parque, hasta podría ser un nuevo cliente. Valentino va a la cocina para hacerse su segundo café, el cansancio invade su cuerpo, pero no quiere acostarse hasta hablar con Tita, ya se está ocultando el sol y la niña de la muñeca no se asoma por el parque.

Valentino cierra los ojos por un instante y cae del agotamiento; mientras duerme sentado al frente de su ventana, la luna aparece. Las esperanzas de encontrar a Tita desaparecen con la luna, en medio de la oscuridad no la hallaría jamás. Con la incomodidad de la silla donde se había dormido, se levanta con rabia, está de noche y no pudo hablar con Tita; el domingo no iba a ser distinto a ninguno, iba camino a ser uno idéntico a todos los demás. Valentino prepara otra taza de café y decide ponerse a pintar algunas fotos que tiene en su “estudio”, mientras se prepara para pintar piensa en Tita de manera incontrolable, pero al mirar hacía la ventana se da cuenta que la noche no le ayudaría a encontrarla. Se sienta con sus fotos y sus paletas de pintura e inicia su mayor pasión; esta mezcla de artes es su forma de expresarse, son más que un hobbie; las fotos y la pintura son su vida.

Cuando Valentino pinta se paraliza su tiempo, se traslada a un lugar donde solo él existe, es una conexión única entre él y lo que está haciendo. Coloca las fotos que va a pintar en una fila que no sobrepase las 10 fotos; en cada foto se demora entre veinte y treinta minutos lo que le significaría unas cinco horas de trabajo fuerte. Acompañado de su taza de café Valentino pinta sin pensar en nada, ni Tita invade su pensamiento, la mente está puesta en los pinceles y en las fotos. Acaba de pintar su primera foto y se dispone a empezar la segunda; al coger la foto observa que debajo de las que tiene para pintar hay una foto de una mujer alta, de contextura flaca y con el cabello largo y sucio, un rostro pálido y una mirada de resentimiento; esta vestida con ropa ordinaria y está descalza. Valentino deja la foto a un lado y prefiere coger la foto de la mujer descalza. Algo de especial tiene esta foto, le trae algún recuerdo malo, pero exactamente no sabe bien que es; la mujer refleja una pobreza total, pero por encima de esto, la foto es hermosa, con un ángulo perfecto y un enfoque único, la foto tiene una calidad irrelevante.

Ahora no es Tita la que ocupa su pensamiento, sino la mujer de la foto, hay algo detrás de la foto que Valentino no recuerda bien. Prefiere dejar la foto a un lado y seguir pintando, mientras traza sus pinceladas trata de recordar algo, pero su memoria no le ayuda a elaborar ese recuerdo que le llena la cabeza de presentimientos negativos. Después de pintar su quinta foto, vuelve a mirar la foto de la mujer descalza; inmediatamente recuerda a Tita y observa que la descripción que la niña le dio de su madre es muy parecida a la mujer de la foto. Asombrado por la coincidencia, queda pasmado y se para de su estudio; no cree lo que está viendo y decide creer que es mera casualidad. Deja de pintar y se dirige a su cuarto para acostarse a dormir; cae en cuenta que el domingo dejó de ser igual a todos y se devuelve a ver la foto de la mujer. Alta, flaca y cabello largo tal como lo dijo Tita, había algo extraño con la foto. Se acuesta en su cama pero no logra dormirse, da vueltas y vueltas en su cama pensando en Tita y en la mujer; para poder dormir, promete buscar a Tita sea como sea al siguiente día y mostrarle la foto que encontró.

Thursday, September 06, 2007

Datos de Valentino

VALENTINO
Además de todo lo que hemos nombrado de Valentino, este personaje tiene algunas características que lo resaltan de otros personajes que pueden parecerse a él, pero la realidad es que no hay comparación, Valentino Moriero tiene un estilo de vida muy particular.

Valentino en su diario vivir tiene que salir de su casa a caminar y tomar fotos. Con su cámara que parece una extensión se sus brazos, logra sacar las mejores imágenes de sus paseos por la ciudad; esta cámara nunca la deja por nada del mundo, es fu fiel acompañante después que Valentino salga de su casa, sería como el perro que nunca tuvo; pero la verdad es que para él es más que un perro, esa cámara es su vida, su pasión y su fortuna. De marca Cannon, esta cámara negra lo ha acompañado desde hace varios años en sus travesías por Buenos Aires. Además de su cámara que siempre lleva, Valentino carga un mínimo de 2 rollos fotográficos por si necesita de un repuesto, porque no es capaz de ir a una tienda a comprar un rollo, por el simple hecho que puede pasar algo exclusivo, y no se perdonaría perdérselo tan tolo por estar comprando un “pinche” rollo. Si este personaje carga una cámara y varios rollos fotográficos debe llevar siempre sus bolsillos a reventar; pero no es sí. De uso único e inseparable, su gabardina, en ella carga los rollos y lleva la cámara colgada del hombro donde nadie la ve por estar debajo de su gabardina; lo que aparentaría que Valentino es un ciudadano más. Un ciudadano para nada diferenciado de los demás, pero debajo de su gabardina lleva su secreto más íntimo y revelador. Aparte de su cámara, sus rollos y su gabardina; hay algo que él si carga en los bolsillos del pantalón, una binaca (para el aliento) por sí se encentra a Matías o a Ligia (sus parejas). Esta la usa solo cuando se encuentra con alguna de los 2, porque poca gente le habla a Valentino, sus mejores amigos están en su casa, en su sala-comedor.

Descripciones

Casa
Está ubicada en toda una esquina diagonal a un parque muy reconocido en la ciudad de Buenos Aires, es una casa muy pequeña de un solo piso, tiene una cocina pequeña, una sala-comedor, un baño supremamente pequeño, una zona para lavar donde cabe la lavadora y nada más; y 2 cuartos muy pequeños; uno donde Valentino duerme y el otro donde revela sus fotos (un mini-laboratorio). Es una casa apenas para una persona, y más para una persona como él, que pasa solo mirando desde su ventana tomando fotos y pintándolas si es necesario.

La cocina tiene un microondas, una mini-nevera, un lava-platos y unos cuantos cajones donde guardar la comida; Valentino solo compra alimentos que se puedan consumir en cualquier momento, por ejemplo enlatados que los puede abrir cuando quiera comer; trata de no comprar frutas ya que se dañan con facilidad y él no está pendiente de esas cosas. Le encanta tomar café negro bien cargado, para cuando se sienta en las noches a pintar sus fotografías, consume entre 3 y 5 paquetes de café a la semana para conservarse despierto en sus trasnochadas.

La sala-comedor en realidad no lo usa para comer ni para descansar, ese es su lugar para pintar, está llena de paletas de pintura, pinceles de todos los tamaños, fotos que ha tomado y una gran lámpara que ilumina con nitidez su espacio de trabajo. Valentino hace poco uso de su lavadora, ya que semanalmente visita a su padre para que le colabore con la lavada y la planchada de sus prendas (el padre de Valentino tiene una empleada que le ayuda).

El cuarto donde duerme Valentino es muy peculiar. Tiene una camita para dormir, un nochero donde guarda sus 2 cámaras fotográficas, un closet muy pequeño y un perchero donde cuelga sus boinas y su gabardina. Valentino tiene 2 cámaras, cada una tiene su uso específico, una de ellas la usa solo cuando sale de su casa, es menos visible que la otra y con ella tiene mas facilidad para tomar fotos, tan solo parando por algunos instantes y presionar el botón. La otra por el contrario es la que usa cuando está en su ventana, tiene un lente que le da mayor capacidad de enfoque y permite tomar fotos a distancia, por estos motivos obviamente no la carga cuando sale de casa; pero cada una se complementa con la otra.

Su laboratorio de fotografía es una de sus pasiones, además de pintar y tomar fotos; en este se pasa mucho tiempo sacando sus productos más llamativos. En un espacio muy pequeño, Valentino explota todas sus capacidades para sacar provecho de sus habilidades; el laboratorio ha sido uno de sus mayores logros que ha tenido en su vida, ya que antes mandaba a revelar sus fotos, ahora puede con autonomía hacerlo. Valentino vive para aplicar sus artes, tanto la fotografía como la pintura hacen de este personaje alguien muy interesante y curioso.